El 5 de junio del 2011 (Durante mitin en Cajamarca), el actual mandatario, cuando aún Nadine, su esposa no ejercía el poder, decía: "He visto un conjunto de lagunas y me dicen que las quieren vender. ¿Ustedes quieren vender su agua? (¡No!, le responden) Porque, ¿qué es más importante: el agua o el oro? (¡El agua!, le gritan) Porque ustedes no toman ni comen oro, pero nosotros tomamos agua. (…) Yo me comprometo a respetar la voluntad de Bambamarca y Hualgayoc con respecto a la minería. Se va a respetar la agricultura, la ganadería y el agua para los peruanos”. Esta promesa a un pueblo que hizo un candidato mentiroso es la más grande constatación de la política como engañó, como mecida, como mentirá vil. Porque hoy, después de haberse comprometido con la gran burguesía, los mineros y las transnacionales, tiene un discurso totalmente distinto para lo mismo.

Quien puede, en su sano juicio, respetar a un gobernante así. Que ciudadano y elector que votó por un proyecto que defendía el medio ambiente y los recursos naturales puede estar de acuerdo con "otro" proyecto totalmente distinto. Porque estos gobernantes terminan como felones.

Newmont, Yanacocha y toda la derecha neoliberal quieren imponer Conga a sangre y fuego. No les interesa el pueblo cajamarquino y sus derechos consagrados en la normativa legal del país. Es el capricho de esta clase apátrida y antipopular. Y tienen al felón que, desde palacio de gobierno, presuroso es el primero ahora, de implementar semejante crimen.