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SONNY

Publicado: 2014-08-02


Cuando abrió el paquete, no podía creer lo que veían sus ojos. El Saxo estaba ahí, luminoso, de color plata, hermoso hasta para la inspiración. Sonny miró a través de la ventana amplia del departamento y aspiró el aire de la mañana cristalina. El prefería la tranquilidad de su pueblo a las grandes urbes que lo único que le habían dado era las malas noches y las malas compañías; la droga y el sexo fácil, que poco a poco lo habían desaparecido de las grandes giras y conciertos. Su mujer, Lucille había salido a una cita con un agente de conciertos de Jazz y todo parecía que volvería a tocar el saxo como él solo lo podía hacer. Volvió a mirar nuevamente el paquete abierto y sacó el aparato para contemplarlo plenamente. Era el mismo saxo con el que había acompañado a Charles Parker allá por los años 40, cuando hacia los primeros pininos en el Jazz. En ese tiempo la moda era el bop y el maestro Hawkins lo había alentado a seguir interpretando en el tenor las más hermosas melodías de los dioses. Sonny se esmeró por captar el sonido serio y poderoso del maestro y también improvisaba como lo hacia Parker, en sus inolvidables ráfagas de acordes hechas a la velocidad de la luz y de la inspiración.

Cogió entonces el saxo y empezó a tocar. Primero con un acorde suave que límpidamente se desplazaba por la habitación hasta llenarla toda. Sonny cerrando los ojos fue subiendo el tono para llegar hasta la nota del saxo tenor que tenia ya para entonces la fortaleza de un concierto. El sonido se escuchaba para entonces en la calle y la gente se arremolinaba en torno a la escalera del edificio, esperando que nunca acabase de tocar ese maestro inolvidable y se acabase el mundo para siempre

José Ñique-Lima-Perú


Escrito por

Jose Ñique

Abogado, escritor de cuentos cortos y soñador...


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