ACERCA DE LA MODA DEL POPULISMO Y LOS POSTMARXISTAS

-I-

“NI LA BURGUESIA, NI LA PEQUEÑA BURGUESIA EN EL PODER PUEDEN HACER UNA POLITICA ANTIIMPERIALISTA”

José Carlos Mariategui

En algunos círculos y grupos de compañeros han aparecidos sesudos y sendos debates y discusiones sobre el populismo y sus supuestos beneficios a la izquierda peruana, hoy con problemas y crisis. Esta es una corriente muy de moda hace un buen tiempo en el debate de la izquierda europea primero y en la izquierda latinoamericana últimamente. Desde la aparición y consolidación de los gobiernos progresistas como el de Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Krissner en Argentina; Evo morales y Correa en Bolivia y Ecuador, configuraron esta tendencia y moda en el ámbito de la teoría y praxis del populismo en esta parte del mundo.

Para estas corrientes es el marxismo leninismo como teoría revolucionaria el que está en crisis terminal. La teoría marxista leninista que se basa en los conceptos teóricos y con base ideológica fundamental como son las clases sociales, el estado de clase, la hegemonía política y cultural de la clase obrera, la misma como clase vanguardia, el partido como elemento sustancial en la lucha por el poder, etc. son dejados de lado como obsoletas y se levanta la bandera del populismo y la idea de pueblo y hegemonía como elementos de disputa contra las clases dominantes y el poder.

Laclau y otros teóricos han sustentado las tesis del neopopulismo. Las teorías de las identidades colectivas y la consideración del “grupo” como la unidad básica de la discusión social, anteponiendo las clases sociales y a la clase hegemónica como la clase obrera, que plantea el marxismo desde sus orígenes, son los principales aportes de esta corriente, que desde nuestro punto de vista, parte de la concepción pequeño burguesa y de su miedo por anteponer radicalmente una teoría a la burguesía y al imperialismo. Las propuestas siguientes de los teóricos del populismo como las de “demandas” del “grupo” como mecanismos de contraponer las reivindicaciones del pueblo ante la clase dominante son la lógica presente en este tipo de pensamiento pequeñoburgués.

Mucho de este avance de esta corriente pequeñoburguesa al interior de las contradicciones del pueblo, se ha consolidado con el liderazgo de Chávez y del proceso bolivariano en Venezuela. Las propuestas que se diseñaron en el país llanero tuvieron como esencia la hegemonía del grupo y la consecución de las demandas del pueblo contra las clases dominantes en Venezuela y el imperio. Eso fue un hecho histórico fundamental, y en donde los militares jugaron un papel central. Pero ¿las clases dominantes fueron desembarcadas del poder y del control de los medios de producción y del Estado,, en esta lucha por la hegemonía y el poder?. Hubo un gran movimiento revolucionario que ponga en tela de juicio la hegemonía de las clases dominantes en Venezuela? No. Esa es la respuesta ahora. El populismo no disputa el poder, Disputa la hegemonía. Las clases dominantes “pierden” mediante procesos electorales “la hegemonía, pero mantienen sus privilegios y sus negocios, su economía, su poder real. Esto es en esencia la teoría conciliadora de clases de Laclau.

Seguramente este proceso de hegemonía teórica y ideológica del neoliberalismo ha jugado un papel esencial para la aparición de esta corriente neo populista al interior de la izquierda latinoamericana y peruana. Seguramente para algunos teóricos populistas peruanos, desde el campo popular, plantean a Ollanta Humala como un líder populista, que en su gobierno propuso medidas populares que “beneficiaron” a millones de gentes en aspectos de la salud y de la economía. La propuesta del SIS, ahora en problemas de corrupción, la beca 18, pensión 65 han significado para estas propuestas avances en la lucha del grupo no hegemónico y la ´puesta en marcha de demandas que se han arrancado a las clases dominantes. y ahora miran al líder rondero Gregorio Santos como el heredero de esta corriente. En la aparición de esta corriente la coyuntura social y económica ha jugado un papel fundamental, el “crecimiento” de las economías en estos países, que ha beneficiado a clases medias y estas proponen ahora, ante la crisis del marxismo leninismo y de los partidos comunistas, unas propuestas que reivindiquen espacios de conquista ante las clases dominantes hegemónicas y ante el imperio.

-II-

Vanas ilusiones. Ante la debilidad de los partidos marxistas-leninistas, el bajo nivel de la conciencia de clase de las masas populares y la insuficiencia organizativa de la clase obrera, algunos sectores de la pequeña burguesía y de la burguesía nacional, que ahora incluso reivindican al gobierno de Velasco Alvarado; aprovechan la oportunidad para colocarse a la cabeza del descontento popular y con propuestas del neopopulismo acceder al poder. Este es un fenómeno que no es nuevo en el debate político e ideológico en la izquierda peruana. Este siempre ha aparecido ante la debilidad de los partidos comunistas y ante la ofensiva ideológica del gran capital y del imperialismo. Adopta la forma de movimientos “nacionalistas y caudillistas que se ponen de moda en los sectores medios de la sociedad. Al final es una política burguesa y le hace el juego al imperio.

José Carlos Mariátegui en su famosa tesis presentada en la primera conferencia comunista latinoamericana realizada en Uruguay en 1929, deslinda con estas corrientes En este debate Mariátegui señala que lo determinante para la acción revolucionaria en la lucha antiimperialista es el factor clasista. Ahora que los supuestos populistas se llenan de Mariátegui es bueno recordar que el amauta, en este evento, señalaba, adoptando el punto de vista marxista, que la mejor forma de ser antiimperialista en esas condiciones, es decir, en plena ofensiva de las clases dominantes y el imperio, era la lucha contra la gran burguesía y el imperialismo en el propio país; contra las clases explotadoras entregadas al capital imperialista.